Step 1

[Todo sobre los Champiñones] Originarios de Europa, los champiñones tienen tradicionalmente su temporada en octubre. Sin embargo, gracias al cultivo en invernadero, están disponibles durante todo el año. Existen los champiñones blancos, que son muy versátiles y se pueden comer crudos, y los champiñones marrones, que tienen una textura más firme y un sabor más intenso, siendo mejor consumirlos cocidos. Los champiñones marrones tienen un aroma más fuerte que los blancos y no deben consumirse crudos. Al elegir champiñones, busca aquellos con sombreros (cabeza) abultados y tallos firmes. Si la parte inferior del sombrero se ve oscura o magullada, el hongo ya no está en su mejor momento. Para los champiñones blancos destinados al consumo en crudo, elige los que estén impecables y blancos.

Step 2

[Preparación de los Champiñones] A menos que tengan mucha tierra adherida o presenten algún problema particular, es mejor no lavar los champiñones con agua. El contacto con el agua puede disminuir su sabor y aroma únicos. En su lugar, limpia suavemente cualquier suciedad o residuo con una toalla de papel. Los tallos a veces pueden ser duros o tener tierra pegada; en esos casos, recortar la punta del tallo los dejará listos para usar.

Step 3

[Almacenamiento en Refrigeración: Manteniéndolos Frescos por Aproximadamente una Semana] A los champiñones no les gusta la humedad, por lo que es ideal almacenarlos en el refrigerador a temperaturas entre 1-5°C. Envuélvelos en papel de cocina o colócalos en un recipiente hermético para controlar la humedad. Como mencioné antes, los champiñones marrones suelen conservarse mejor que los blancos. Para hogares unipersonales, encuentro práctico almacenar un champiñón por cada pequeño recipiente hermético (aproximadamente 120ml). De esta manera, puedo sacar fácilmente solo la cantidad que necesito sin comprometer la frescura del resto. Si los compras frescos, este método puede mantenerlos en buen estado durante aproximadamente una semana, e incluso hasta dos semanas, aunque mostrarán algunos cambios de color.

Step 4

Con el tiempo, al ser refrigerados, he observado que los bordes de los sombreros de los champiñones comienzan a secarse. Los champiñones blancos se vuelven gradualmente parduzcos, y la superficie puede empezar a agrietarse ligeramente. Este es un proceso natural a medida que envejecen.

Step 5

[Almacenamiento en Congelación: El Método Recomendado para una Conservación Más Larga] Recomiendo encarecidamente congelar los champiñones en lugar de refrigerarlos para un almacenamiento prolongado. A menudo uso champiñones en platos de pasta, así que prefiero cortarlos en rodajas antes de congelarlos. Como generalmente solo necesito uno o dos champiñones por porción, cortarlos y congelarlos individualmente los hace increíblemente convenientes para usar más tarde. Para evitar el pardeamiento, puedes frotar los champiñones cortados con un poco de jugo de limón. Personalmente, sin embargo, prefiero no mezclar el sabor del limón con los champiñones y opto por congelarlos tal cual.

Step 6

Al almacenarlos en recipientes herméticos, estos champiñones congelados pueden durar aproximadamente un mes. Por supuesto, ¡la mejor manera de disfrutar cualquier ingrediente es consumirlo lo antes posible para garantizar la máxima frescura!

Step 7

Para llevar un control, utilizo una etiquetadora para marcar la fecha de congelación y el período de almacenamiento previsto en cada recipiente. Tener varios de estos listos en el congelador me da mucha tranquilidad. Un consejo crucial para cocinar champiñones congelados: agrégalos directamente a tu sartén o olla caliente sin descongelar. El proceso de descongelación puede liberar mucha humedad, afectando negativamente su textura y sabor.