Tomates Secos Caseros al Aceite de Oliva
Receta Fácil para Hacer Tomates Secos en Casa
¿Te han sobrado tomates cherry y no sabes qué hacer con ellos? ¡Esta receta de tomates secos caseros es perfecta para conservarlos y disfrutarlos más tarde! Al guardarlos en aceite de oliva, se convierten en un delicioso complemento para sándwiches o un ingrediente lleno de sabor para platos de pasta. ¡Vamos a preparar juntos estos versátiles y encantadores tomates secos!
Ingredientes- 500g de tomates cherry (elige los frescos y firmes)
- Aceite de oliva (suficiente para cubrir generosamente los tomates)
- Una pizca de sal gruesa o sal kosher
- Tomillo fresco o tus hierbas favoritas (como romero, orégano) al gusto (opcional)
Instrucciones de preparación
Step 1
Primero, lava bien los tomates cherry bajo agua corriente. Después de lavarlos, sécalos completamente con papel de cocina o un paño limpio. El exceso de humedad puede afectar negativamente el proceso de secado.
Step 2
Retira los tallos de los tomates cherry. Luego, presiónalos suavemente y córtalos por la mitad. Coloca los tomates partidos con el corte hacia arriba en una bandeja para hornear o charola, asegurándote de que no se superpongan. Esto permite una distribución uniforme del calor y un secado adecuado.
Step 3
Espolvorea una pequeña cantidad de sal gruesa uniformemente sobre las superficies cortadas de los tomates. La sal ayuda a extraer la humedad y realza su sabor. A continuación, rocía generosamente aceite de oliva sobre los tomates. El aceite los cubrirá, manteniéndolos húmedos y añadiendo un rico sabor durante el secado.
Step 4
Si lo deseas, añade hierbas frescas como tomillo, romero u orégano sobre los tomates. Las hierbas aromáticas les infundirán una fragancia maravillosa y profundidad de sabor, haciendo que tus tomates secos sean aún más especiales.
Step 5
Coloca los tomates preparados en un horno precalentado. Comienza horneando a 180°C (350°F) durante unos 15 minutos, justo hasta que la piel comience a arrugarse. Luego, reduce la temperatura del horno a 120°C (250°F) y continúa horneando lentamente durante unos 40 minutos. Ajusta la temperatura y el tiempo según el rendimiento de tu horno.
Step 6
Verifica los tomates periódicamente para lograr la textura deseada. A mí me gustan ligeramente masticables y tiernos, no demasiado secos. Una vez que alcancen esta consistencia, retíralos del horno y deja que se enfríen por completo.
Step 7
Prepara el frasco de vidrio para su almacenamiento lavándolo a fondo y luego esterilizándolo sumergiéndolo en agua hirviendo. Asegúrate de que el frasco esté completamente seco después de la esterilización para un almacenamiento higiénico.
Step 8
Coloca cuidadosamente los tomates secos enfriados en el frasco de vidrio esterilizado. Evita llenar el frasco demasiado apretado; deja un poco de espacio.
Step 9
Vierte suficiente aceite de oliva en el frasco para cubrir completamente los tomates. Almacenarlos sumergidos en aceite de oliva ayuda a conservar su textura masticable y su profundo sabor durante mucho tiempo. ¡Guárdalos refrigerados y disfrútalos en sándwiches, ensaladas, pastas y muchos otros platos!