Step 1

Primero, prepara los fideos de ramen. Los fideos de ramen instantáneo suelen venir en doble capa; córtalos por la mitad con un cuchillo o tijeras, y luego rómpelos en trozos del tamaño de un bocado con las manos o un rodillo. Evita romperlos demasiado finos para que conserven una textura satisfactoria al morder.

Step 2

Coloca una sartén a fuego medio-bajo. Añade 1-2 cucharadas de mantequilla y deja que se derrita lentamente. Vigila el fuego para evitar que la mantequilla se queme. Inclina suavemente la sartén para asegurarte de que la mantequilla cubra toda la superficie.

Step 3

Una vez que la mantequilla esté completamente derretida, añade las 2 cucharadas de azúcar y 1 cucharada de sirope de maíz a la sartén. Mézclalos con la mantequilla derretida hasta que el azúcar se disuelva y forme un almíbar ligeramente espeso. Cocina a fuego medio-bajo para evitar que el almíbar se queme.

Step 4

Cuando el azúcar se haya disuelto por completo y se haya formado el almíbar, añade los fideos de ramen rotos a la sartén. Mantén el fuego medio-bajo y remueve y voltea suavemente los fideos con una espátula, asegurándote de que queden uniformemente cubiertos con el almíbar. Cocina hasta que los fideos estén ligeramente dorados y tostados, con cuidado de que no se quemen.

Step 5

Una vez que los fideos de ramen estén cubiertos con el almíbar y dorados, ¡tu delicioso Ramyeonttang estará listo! Apaga el fuego y deja que se enfríe un poco para disfrutar de su textura crujiente. Puede resultar pegajoso si se come caliente, por lo que se recomienda dejarlo enfriar completamente.

Step 6