Este estofado de doenjang se elabora con albahaca silvestre fresca, recolectada directamente de mi jardín, lo que le confiere un sabor primaveral excepcional. La tierra de mi huerto es bastante arcillosa, lo que a veces hace que al tirar de los tallos verdes de la albahaca silvestre, solo se separen las hojas y no las raíces. Para evitarlo, utilizo una pequeña pala para desenterrarlas con cuidado, me agacho para quitarles el exceso de tierra y elimino las hojas amarillentas en el mismo lugar. Una vez en casa, las lavo a fondo. El estofado resultante, infundido con la fragancia abundante de esta albahaca silvestre preparada con esmero, es sencillamente exquisito y captura la esencia de la primavera.