Step 1

Primero, retira los tallos verdes de tus fresas frescas y enjuágalas bien bajo el chorro de agua. Para una limpieza aún más profunda, llena un bol con agua, añade 1 cucharada de vinagre y deja que las fresas reposen durante unos 30 segundos antes de enjuagarlas rápidamente. Este método elimina eficazmente las impurezas de la superficie.

Step 2

Una advertencia: remojar las fresas en agua durante más de 30 segundos puede hacer que las vitaminas solubles en agua, como la Vitamina C, se disuelvan en el agua. Por lo tanto, ¡es mejor lavarlas rápidamente!

Step 3

Después de lavarlas, seca suavemente las fresas. Luego, clasifícalas según su firmeza: separa las firmes de las más blandas y ligeramente magulladas. Este paso es crucial para lograr la textura deseada en tu compota de fresas.

Step 4

Comienza con las fresas firmes. Córtalas en trozos pequeños y uniformes. Estos trozos proporcionarán deliciosas piezas de fruta en tu compota.

Step 5

Para las fresas más blandas, tritúralas con las manos, un tenedor o un machacador de patatas hasta que estén mayormente deshechas. No pasa nada si todavía quedan algunos grumos pequeños.

Step 6

Triturar las fresas blandas a mano puede ser bastante entretenido, convirtiéndolo en una actividad divertida para hacer con los niños. ¡Es una excelente manera de crear recuerdos felices juntos en la cocina!

Step 7

Una vez que hayas triturado las fresas blandas, déjalas a un lado. Ahora es el momento de preparar el siguiente componente.

Step 8

A continuación, prepara las fresas que añadirán esa textura ‘real’ a tu compota. Antes de cortar estas fresas, es muy importante secarlas a fondo con toallas de papel para eliminar el exceso de humedad. Una vez secas, córtalas muy finas y en rodajas delgadas.

Step 9

Estas fresas finamente cortadas son las que dan a la compota de fresas su auténtica textura cuando se mezclan con leche o se usan en bebidas, mejorando la experiencia general de la fresa.

Step 10

Ahora, combina las fresas finamente cortadas y las fresas trituradas en un bol. Mézclalas suavemente, permitiendo que sus jugos naturales se unan.

Step 11

Es hora de añadir el jugo de limón para un toque de frescura. Añade aproximadamente 1 a 2 cucharadas. Si usas un paquete de fresas, 1 cucharada de jugo de limón puede ser suficiente. Ajusta a tu gusto.

Step 12

A continuación, añade el azúcar. Recomendamos usar aproximadamente 1/3 del peso de las fresas en azúcar. Si bien las recetas tradicionales de compota de frutas a menudo usan una proporción de 1:1 de fruta a azúcar, esto puede resultar en una compota muy dulce. Encontré que usar solo 1/3 de azúcar permitía que el sabor natural de la fresa brillara maravillosamente. Siéntete libre de ajustar esto a tu preferencia.

Step 13

Revuelve suavemente la mezcla con una espátula o cuchara para asegurar que el azúcar y el jugo de limón se incorporen bien en las fresas. Ten cuidado de no triturar demasiado las fresas; busca una mezcla uniforme.

Step 14

Una vez que todo esté bien mezclado, prepara tu recipiente de almacenamiento. Un frasco de vidrio esterilizado es ideal. Vierte la compota de fresas preparada en el frasco. ¡Tu deliciosa compota de fresas casera está ahora completa!

Step 15

Step 16

Step 17

Añade aproximadamente 2 cucharadas de compota de fresas a la taza. Una buena proporción para empezar con el café con leche de fresa es aproximadamente 1 parte de compota por 3 partes de leche, pero siéntete libre de ajustar esto para adaptarlo a tu gusto personal.

Step 18

Finalmente, vierte lentamente leche blanca fría hasta llenar la taza. ¡Tu ‘Café con Leche de Fresa Real’, con sus trozos de fruta maravillosamente intactos, está listo! Para un toque refrescante, puedes añadir agua con gas o refresco de limón para crear un delicioso ‘ade de fresa’. ¡Disfrútalo a tu manera!