Buñuelos de Calabacín Redondo: Un Bocado Delicioso y Rápido
Disfruta de Tortitas de Calabacín Redondo con Huevo en Casa
¡Compartimos una receta fantástica utilizando calabacín redondo, un regalo de un amigo! Estas delicias fritas, cubiertas con una esponjosa masa de huevo, son increíblemente satisfactorias. Perfectas como tentempié o como una comida sustanciosa, estos buñuelos resaltan la dulzura natural del calabacín dentro de un exterior dorado y crujiente. ¡Disfruta de este plato sencillo pero delicioso que seguramente encantará a todos!
Ingredientes- 1 calabacín redondo (tamaño mediano)
- 3 huevos
- 1 pizca de sal (para la mezcla de huevo)
- 1/2 taza de harina de trigo (para rebozar)
- Aceite de cocina (para freír), cantidad necesaria
Instrucciones de preparación
Step 1
Comienza preparando tu calabacín redondo. Lávalo a fondo bajo agua corriente para eliminar cualquier suciedad o residuo, y luego sécalo. Asegurarte de que el calabacín esté limpio es el primer paso para un plato estupendo.
Step 2
Recorta los extremos del calabacín y córtalo en rodajas finas, como monedas, de aproximadamente 0.5 cm de grosor. Evita cortarlas demasiado gruesas, ya que podrían tardar más en cocinarse, o demasiado finas, ya que podrían romperse. Un grosor uniforme asegura una cocción pareja.
Step 3
Ahora, preparemos la mezcla de huevo. En un bol ancho, casca los 3 huevos y añade una pizca de sal. La sal ayuda a realzar el sabor y a equilibrar la riqueza de los huevos. Bate los huevos vigorosamente hasta que estén bien combinados y ligeramente espumosos.
Step 4
Reboza las rodajas de calabacín con la harina de trigo de manera uniforme. Asegúrate de que cada rodaja esté ligeramente cubierta por ambos lados. Sacude suavemente el exceso de harina; este recubrimiento seco ayuda a que la mezcla de huevo se adhiera mejor al calabacín.
Step 5
Calienta una cantidad generosa de aceite de cocina en una sartén a fuego medio. Una vez que la sartén esté caliente, sumerge cada rodaja de calabacín enharinada en la mezcla de huevo, asegurándote de que quede completamente cubierta. Coloca con cuidado las rodajas rebozadas en la sartén caliente. Fríe durante unos minutos por cada lado hasta que estén doradas y crujientes. Ajusta el calor según sea necesario para evitar que se quemen y lograr una textura crujiente perfecta.