Los últimos años, marcados por la pandemia, han traído cambios significativos a nuestras vidas. Uno de los más impactantes ha sido la decisión de mi suegra de descontinuar los ritos ancestrales y realizarlos en un templo. Mis suegros, originarios de la provincia de Gyeongsang, tradicionalmente dan gran importancia a estas ceremonias. Sin embargo, incluso los parientes de su ciudad natal, que defienden estas tradiciones, han visto un cambio. A medida que las nueras envejecen o enferman, hay menos mujeres disponibles para realizar estos ritos. Además, la pandemia dificultó las reuniones, lo que llevó a muchas familias a simplificar o omitir las ceremonias. Mi suegra, que había observado meticulosamente estos ritos durante toda su vida, decidió ponerles fin. Esto fue un alivio tanto para ella como para mí, su nuera. Éramos las principales organizadoras de estas complejas ceremonias. Comprendiendo su perspectiva como mujer, sentí empatía por ella al aliviar su carga. Me preocupaba que pudiera sentir un vacío después de toda una vida de observancia dedicada, al ver las ceremonias trasladadas a un templo. Afortunadamente, mi suegra se sometió recientemente a una cirugía de rodilla, perdió peso y ha tenido poco apetito. No tener que prepararse para los ritos ancestrales ha sido una gran bendición para su bienestar. También estoy agradecida por su decisión de no pasarme la carga de los ritos a mí, su nuera, especialmente cuando estaba pasando por dificultades. La idea de no tener que realizar los ritos ha eliminado por completo mi estrés festivo. La presión de preparar la comida según reglas y regulaciones estrictas era, de hecho, agotadora. Ahora, puedo elegir menús libremente, lo que me trae una inmensa paz mental. En lugar de los temidos platos tradicionales festivos, preparamos una comida con platos que mis suegros y todos disfrutamos. Consideré cuidadosamente qué apreciaría mi suegra, que últimamente ha tenido poco apetito, centrándome en platos frescos y vibrantes que no se parecen a las ofrendas ancestrales típicas. ¡Se sintió como una rebelión triunfante tanto de la ‘nuera mayor’ como de la ‘nuera de mediana edad’! Aquí está el menú que preparamos para Chuseok: lo adaptamos para satisfacer el amor de mi suegra por las verduras y el namul, y la preferencia de mi suegro por los platos de carne y pescado. También se añadió un pastel, que mi suegra, con su apetito reducido, disfrutó especialmente.